El fanático del fitness Tim Minnick trabaja como entrenador en el Gold's Gym de Austin, Texas, proporcionando varias clases al día.
Pero lo que diferencia a Tim de todos los demás entrenadores personales del mundo es que tiene más de ochenta años.
Hace cuatro años, Tim fue reconocido como el instructor de fitness más longevo del mundo, y a sus 81 años sigue dando guerra.
Antes de Tim, el récord pertenecía a Wendy Ida, una californiana de 65 años.
Tim obtuvo su título de entrenador personal en la Academia Nacional de Medicina Deportiva cuando tenía 73 años.
Dice que su trabajo en Gold's Gym, que le ofrecieron tras ser rechazado por otros dos gimnasios, le dio un nuevo impulso tras la muerte de su esposa.
"Quería hacer algo con lo que pudiera sentir que estoy haciendo una contribución a alguien", dijo.
"Fue una contratación fácil, y me alegro de que entrara por la puerta", dijo el director del gimnasio, Aaron Gillum, que calcula que entre el 15% y el 20% de los socios tienen más de 50 años.
Según Tim, el estado físico de los baby boomers (la generación de personas nacidas entre 1946 y 1964) "no es muy bueno".
Ha creado un sentido de propósito al ayudar a personas de su edad a recuperar su fuerza, y como Tim no empezó su recorriedo en el mundo del fitness hasta que fue mayor, se siente especialmente preparado para ayudar a otros que se encuentran en una situación similar a la suya.
"Empezamos a perder músculo a partir de los 35 años. A menos que actúes para mantener esa tendencia, cuando llegas a los 75, no estás en buena forma", explica.
"En mi opinión, es como contratar un seguro. Un seguro contra el fracaso a medida que envejeces".
Una de las personas a las que Tim ha ayudado era una enferma de cáncer que había sufrido un derrame cerebral en un grave accidente de coche. Trabajó con ella durante más de dos años para que pudiera levantarse.
Poder ayudar a los demás de esta manera es una de las principales razones por las que Tim está decidido a seguir trabajando como preparador físico todo el tiempo que le sea físicamente posible.
Intenta llevar una dieta lo más sana posible y, a diferencia de la mayoría de sus amigos, no bebe alcohol ni toma medicación.
"Aquí estoy a esta edad y la gente no puede creer que no esté en algo", dijo.
"Hemos sido dotados de un cuerpo que nunca se puede descifrar. Es un milagro que estemos aquí sentados haciendo este tipo de cosas, nuestros cuerpos son milagrosos".
"Quiero aprender todo lo que pueda. Estoy sano [y] tengo la esperanza de poder hacer esto durante un tiempo más.
"No voy a parar sólo porque sea viejo".
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