“Durante los primeros años de mi vida de como surfista, juré que nunca intentaría surfear una ola de más de 3 metros. Era parte de un grupo que nos hacíamos llamar ‘el crew de 3 metros o menos’.”
Hace mucho tiempo, así era la mente cautelosa del joven Garrett McNamara, quien acababa de empezar en un deporte que definiría el resto de su vida. Cambió su patineta por una tabla de surf al mudarse a Hawaii.
Jamás esperaba que un día llegaría a surfear ola gigantes junto a algunos de los mejores surfistas del mundo.
Ahora un campeón internacional, el hombre de 49 años ha batido una marca de Guinness World Records para la ola más grande jamás surfeada (con remolque) tras dominar una ola con extraordinaria altura de 23,77 metros cerca de la costa de Praia do Norte en Nazare, Portugal en 2011. Se dicen que dos años después, Garrett surfeó una ola de más de 30 metros, pero este intento todavía no ha sido verificado por Guinness World Records.
Recordando el día que rompió el récord, Garrett dice: “Realmente fue como montar cualquier otra ola. No tenía ni idea que estaba montando una ola que rompería una marca mundial. Estaba esperando que estuviera en otra parte de la ola pero tras ver el video me di cuenta que estaba en la perfecta posición. ’’
Conquistar las olas de Nazare y lograr romper una marca de Guinness World Records atrajo la atención de muchas canales de noticias como CNN, BBC y ESPN.
“Era increíble ver la atención que atrajo el récord. Dentro de pocos días literalmente cada canal importante había dado cobertura a mi historia. El sello de aprobación de Guinness World Records es un gran orgullo.”
La armada de Portugal también presentó Garrett con la medalla de Vasco de Gama, la primera vez que fue presentada a un extranjero.
Aunque las hazañas de Garrett le han ganada fama mundial, también ha vencido varias dificultades en su carrera.
Al principio del 2016 sufrió una caída casi fatal que rompió su húmero en nueve partes en su brazo y causó daño nervioso agudo en su antebrazo y la parte superior de su hombro.
Su caído también atrajo mucha atención de los medios por ser una de las caídas más brutales jamás grabadas. El video muestra el cuerpo de Garrett envuelta en una ola de 15 metros.
Solo 24 horas antes, Garrett dejó su casa en Wailua, Hawaii para volar a la playa Mavericks para surfear en preparación para la competencia Titans of Maverick.
“Te sientes como un granito de arena en una lavadora,” dijo Garrett, recordando la caída. “El primer impacto fue como chocarse con concreto a una velocidad de 32 kilómetros por hora. Reboté contra la superficie 3 veces antes de penetrar la ola. La ola me empujó tan profundo que no sabía cómo salir a buscar aire. También tenía miedo de que las olas me llevaran a las rocas.”
Dos surfistas han muerto en la playa Mavericks, pero por suerte para Garrett sobrevivió la caída.
Aunque Garrett tuvo suerte de sobrevivir, su recuperación no fue nada fácil.
Varios médicos le dijeron que nunca surfearía en aguas bravas de nuevo, una grave consecuencia para alguien que vive por el surf.
Por tres largos meses, el surfista recuperaba lentamente. En un esfuerzo de curar su brazo, su esposo Danielle y un grupo de médicos buscaban soluciones como medicina herbal y cirugías.
A pesar de la magnitud de la lesión, Garrett pudo conciliar lo que había pasado.
“Cuando alguien quiere ser el huésped de la ola, el agua construye las normas y hay que adaptarse o te echaría en una manera poderosa y peligrosa.”
Eventualmente Garrett volvió a surfear, tal vez gracias al hecho de que él había regresado de otra caída cuando tenía 20 años.
“En esa caída sentí mi pie dando una pateada a la parte posterior de la cabeza. Había roto mi espalada y tenía que tumbarme en el suelo de la casa de mi mamá por cuatro meses,” dijo Garrett, recordando la peor caída de su vida. “No tuvimos internet y ni siquiera podía sostener un libro. Durante esa época me preguntaba porque surfeaba. Pero también cerraba mis ojos y soñaba de surfear la ola perfecta.”
Era esa perseverancia y creencia que le permitió lograr hitos en el deporte.
Tras romper el récord de surf, Garrett se casó con su esposa en el faro con vista al mar que cambió su vida para siempre.
Ahora la pareja tiene un hijo de 2 años que se llama Barrel, un término que se refiere a la forma de una ola en inglés.
Además de enseñarle a su hijo a caminar y hablar, le encanta enseñarle sobre el mar.
“Cualquier persona espiritual puede ver los paralelos en su propia vida. El mundo y su universo son muy grandes y complicados y ellos construyen las normas. Una persona centrada aprende a ser un huésped respetuoso y adaptable. El surf te enseña la aceptación y la gratitud por la vida."
Garrett publicó el libro “Hound of the Sea”, una autobiografía que destaca el viaje emocional y física de surfear algunos de las mayores olas del mundo. Haga clic aquí para aprender
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